El Centro Cultural Brasileiro nació de la necesidad de cubrir este vacío existente en Guayaquil. Con la misión de ser la imagen viva de las costumbres y cultura de Brasil en la sociedad guayaquileña y la función de divulgar, con calidad, la enseñanza del idioma portugués de Brasil, generando, a través de su segmento de actuación, la oportunidad de aproximación y abastecimiento entre las dos naciones.

En 1992, en la ciudad de Guayaquil había una total falta de representación de Brasil, inclusive con la inexistencia de su Consulado. Brasileros y ecuatorianos dependían de la visita a la ciudad de Quito para cualquier contacto con Brasil. Con el término de las obras de la empresa de ingeniería Norberto Odebrecht, en la Península de Santa Elena, la escuela de portugués que esta empresa ofrecía a la ciudad, cerró (1991).

El Convenio existente entre la Universidad Católica de Guayaquil y el Consulado Brasilero de Quito, donde se dictaban clases de portugués, no se renovó (1992). Identificando esa laguna, la pedagoga, profesora Alice dos Santos, que había participado de los dos eventos, no más existentes, se reunió con las autoridades educacionales de ambos países, fundando una Institución para representar y suplir tales carencias.